La mente corporizada
"La mente corporizada"
Durante siglos, filósofos, psicólogos y neurocientíficos han intentado comprender la mente humana. A mediados del siglo XX, la ingeniería se sumó a esta búsqueda, adoptando la idea de que el ser humano funciona como un ordenador, es decir, como un sistema racional y lógico. Este enfoque permitió grandes avances tecnológicos en robótica, automatización y realidad virtual, pero también desvió la atención del propósito original: entender verdaderamente al ser humano.
La metáfora de la mente como ordenador
Percepción: Se asume que el cerebro funciona como una cámara que registra información del mundo.
Pensamiento: Se entiende como una manipulación simbólica de esos datos, similar a un ordenador procesando información.
Acción: Es el resultado de ese procesamiento, manifestándose en órdenes motoras para interactuar con el entorno.
Sin embargo, esta concepción es incorrecta. La percepción no es pasiva; implica acción. Por ejemplo, cuando nos acercamos para ver un cuadro en un museo, nuestro cuerpo está involucrado en el acto de percibir. Además, el pensamiento no es un simple ejercicio abstracto de procesamiento de datos, sino que está influenciado por nuestro cuerpo y emociones. En la toma de decisiones, por ejemplo, no siempre elegimos con base en un análisis racional, sino que nuestras emociones pueden inclinar la balanza.
La acción tampoco es solo el control del cuerpo por parte del cerebro, sino una respuesta a las invitaciones del mundo. Aprendemos a hacer algo haciéndolo, como un artista que no solo sigue reglas predefinidas, sino que ajusta su técnica en función de la práctica. Lo mismo ocurre en la interacción humana: cuando hablamos con alguien, ajustamos la distancia de manera intuitiva según el contexto y la relación con la persona.
En mi opinión, esta presentación destaca la necesidad urgente de replantear nuestra comprensión de la mente humana más allá de la metáfora del ordenador, y aunque la metáfora ayudó a desarrollar tecnologías avanzadas, no refleja la realidad de nuestra experiencia humana. La idea de que pensamiento, emoción y cuerpo están entrelazados tiene implicaciones profundas en muchos campos, desde la educación hasta la inteligencia artificial. Integrar esta visión en la investigación científica permitirá un estudio más completo y realista de lo que significa ser humano.
Como conclusión, el modelo del ser humano como ordenador es limitado y no captura la complejidad de nuestra mente y cuerpo. La cognición no es solo un proceso mental, sino que está intrínsecamente ligada a nuestra corporeidad y a la interacción con el mundo. Esta nueva perspectiva impulsará la ciencia cognitiva del futuro, en la que distintas disciplinas, desde la neurociencia hasta las humanidades, colaborarán para comprender al ser humano en su totalidad.
Este comentario ha sido realizado a partir de este vídeo sobre la mente corporizada, donde con la ayuda de investigadores formados en este argumento, he podido aprender para realizar y formarme en esta materia.
Miedos
Tengo un miedo continuo al porvenir, dicho de otra manera, al futuro. El miedo al porvenir es una emoción común que todos experimentamos en algún momento. Surge de la incertidumbre, la falta de control y el temor a lo desconocido. Sentir miedo es completamente natural, pero es posible aprender a gestionarlo y superarlo gradualmente. Aquí te describo algunas fases que me han a lidiar con él poco a poco:
1. Reconocimiento del miedo: Acepta que sientes miedo al futuro y permítete sentirlo sin negarlo. Esto te ayuda a empezar a entenderlo mejor.
3. Aceptación de la incertidumbre: Entiende que la incertidumbre es parte de la vida. No siempre puedes tener control total, y aprender a vivir con eso te aliviará.
5. Acción gradual: Comienza con pequeños pasos que te acerquen a enfrentar lo que temes. Actuar, aunque sea en pequeñas dosis, te dará más confianza.
6. Búsqueda de apoyo: No enfrentes el miedo solo. Hablar con otros o buscar ayuda profesional puede ser fundamental para sobrellevar la ansiedad.
7. Reconocimiento de logros: Valora cada progreso, por pequeño que parezca. Celebrar tus avances te motiva y refuerza tu confianza.
Comentarios
Publicar un comentario