La historia de mi vida

Todo comenzó el 2 de abril de 2008, en el hospital del Puerto de el Santa María, donde mi madre rompió aguas la mañana del día 1, pero no vi la luz hasta la tarde del día siguiente. Desde que nací siempre he estado muy bien rodeada de personas con grandes corazones, de las que he sido como una muñeca para ellos, ya que era la primera niña en llegar a la vida, no solo de mis padres, también a la de mis tíos y tías, además de ser una más siempre en la familia de mi vecina.

A los 4 meses de nacer, ya empecé a ir a la guardería, ya que mis padres trabajaban bastantes horas. Mi padre es transportista, es dueño de una empresa de camiones donde reparte bebidas en Jerez. Mi madre trabajaba en una heladería-cafetería, de la que más tarde se hizo dueña. Durante mi primer año de guardería ya sabía hablar con bastante fluidez, algo que mi madre siempre me recuerda porque desde pequeña he sido muy habladora. No tengo muchos recuerdos de esa etapa, pero sí sé que la pasé con Ana Peris, que ahora es una de mis mejores amigas.

Después de mis tres años de guardería, pasé a Infantil en el colegio José Luis Poullet, del que me cambié a los nueve años, en cuarto de Primaria, en el Colegio de las Esclavas. Este colegio estaba más cerca de mi casa y llevábamos tiempo intentando entrar, pero al ser un centro pequeño, nunca había plazas disponibles.

Desde muy pequeña, el deporte ha sido una parte importante de mi vida. Cuando era un bebé, iba a natación con mi madre, y más adelante me apunté a ballet y judo. Durante un tiempo, compaginé esas tres actividades, pero a largo de los años he ido cambiando mucho de deportes: natación, ballet, judo, equitación, pádel, baloncesto… pero mi favorito siempre fue el fútbol, en el cual empecé a los 10 años, en la la Unión. Me encantaba ir a entrenar y disfrutaba muchísimo de este deporte. 

Dos años después, en 2020, llegó la COVID-19, donde fuimos confinados y el mundo cambió por completo. Yo tenía 12 años, y no me afecto mucho la situación, ya que no estaba muy enterada de la actualidad, Lo único que hacía era mandar las tareas por classroom y ver muchas series. Cuando volvimos a clase entré en la ESO y conocí a gente nueva que llegó a mi colegio.

Pasó el tiempo muy rápido, pero después de 4 años me gradué. Había estado 7 años en ese colegio, siempre con la misma clase, por lo que les guardo mucho cariño tanto a compañeros como a profesores. Sin tener ni idea de lo que quería estudiar me matriculé en el instituto Santo Domingo para hacer bachillerato de ciencias sociales, tenía claro que la ciencia no era lo mío tras los últimos profesores que tuve.

Tras dos años llenos de estrés, diversión y estudio me gradué de bachillerato, además de descubrir mi vocación, la enseñanza, así que acabé estudiando Filología Inglesa para ser profesora de inglés. Después de terminar la carrera y aprobar las oposiciones tuve que pasar por distintas comunidades autónomas para al fin llegar a mi destino, Granada.

Conseguí mi objetivo después de unos años trabajando y viajando mucho, recorrer el mundo entero. En esos años de viaje conocí a mi pareja, quien terminó acompañándome en mi aventura. Me endulzó totalmente el viaje, ya que se dedica a la cocina y es dueño de varios restaurantes en diferentes países. El romance acabó en matrimonio tras 6 años de relación, y poco después tuvimos una hija y un hijo.

Mi pareja abrió otro restaurante en Granada, donde se sería el chef principal. Poco más tarde, cuando menos me lo esperaba, mis hijos terminaron sus respectivas carreras. Mi hija pronto será una gran cirujana, mientras que mi hijo ya se ha convertido en abogado de una empresa.

Los años pasaron con velocidad y cuando menos me lo esperaba ya era abuela de dos gemelas y tres niños, con los cuales disfrute hasta que pude, ya que con 78 años me diagnosticaron cáncer de pulmón muy tarde, por lo que al año siguiente ya había fallecido,

Estoy muy agradecida de la vida que he podido disfrutar y de la gente con la que la he compartido. Siempre recordaré a cada persona que se ha cruzado en mi camino con gran cariño y alegría, ya que nunca me ha faltado una sonrisa para cualquier situación.


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